25 Marzo 2000
Conservaré vuestros buenos deseos
en el rincón del Espíritu que nos une fraternamente,
en compañia de la inefable y radiante belleza
del Pastor de la Luz y de Su sublime,
tierno, acariciante Amor.
en el rincón del Espíritu que nos une fraternamente,
en compañia de la inefable y radiante belleza
del Pastor de la Luz y de Su sublime,
tierno, acariciante Amor.
Gracias.
Vuestro.
Eugenio.